Plantar Fasciitis

Fascitis plantar

Fascitis plantar

La fascitis plantar es una afección común que causa dolor en el talón debido a la inflamación de la fascia plantar, una banda gruesa de tejido que recorre la parte inferior del pie y conecta el hueso del talón con los dedos.La fascitis plantar es una de las causas más comunes de dolor en el talón. Se calcula que afecta a 1 de cada 10 personas en algún momento de su vida. Es frecuente en los deportistas, sobre todo en los corredores, debido a la carga repetitiva que soportan los pies. La obesidad es un factor de riesgo importante porque el exceso de peso aumenta la tensión en la fascia plantar.

Síntomas

Los síntomas incluyen dolor agudo y punzante en el talón, sobre todo al dar los primeros pasos por la mañana, dolor que empeora tras permanecer mucho tiempo de pie o al levantarse para sentarse, o dolor que suele disminuir con la actividad (pero que puede reaparecer tras permanecer mucho tiempo de pie o hacer ejercicio).

La fascitis plantar está causada principalmente por la tensión mecánica repetitiva sobre la fascia plantar, que provoca microdesgarros e inflamación. Los factores etiológicos clave incluyen:

  • Uso excesivo y esfuerzo repetitivo: Las actividades que ejercen una tensión excesiva sobre la fascia plantar, como correr, bailar o permanecer de pie durante mucho tiempo, pueden sobrecargar el tejido.
  • Biomecánica del pie:La mecánica anormal del pie, incluida la sobrepronación (excesivo balanceo del pie hacia dentro), los pies planos o los arcos altos, pueden alterar la distribución de la fuerza a través del pie, aumentando la tensión sobre la fascia plantar.
  • Cambios relacionados con la edad: Los cambios degenerativos que se producen en la fascia plantar con el envejecimiento, sobre todo en personas mayores de 40 años, pueden contribuir a disminuir la capacidad de absorción de impactos, haciendo que la fascia sea más susceptible a las lesiones.
  • Obesidad: El aumento de la masa corporal ejerce una presión adicional sobre la fascia plantar, lo que incrementa el riesgo de desarrollar inflamación y dolor, especialmente en personas con anomalías estructurales subyacentes.
  • Calzado inadecuado: Los zapatos que carecen de un arco plantar, amortiguación o flexibilidad adecuados, especialmente cuando se usan durante periodos prolongados, pueden exacerbar la tensión sobre la fascia plantar. La altura del tacón y el diseño del calzado también influyen en la mecánica del pie.
  • Estanqueidad de las estructuras adyacentes: La tensión de los músculos de la pantorrilla, la tendinopatía del tendón de Aquiles o la dorsiflexión limitada del tobillo pueden aumentar la tensión sobre la fascia plantar, agravando aún más la afección.
  • Factores ocupacionales:Los trabajos que requieren permanecer de pie durante periodos prolongados o que implican un impacto repetitivo (por ejemplo, trabajadores de fábricas, profesores, trabajadores del comercio minorista) se asocian a un mayor riesgo debido a la carga prolongada del pie.
  • Afecciones inflamatorias o sistémicas: Afecciones como la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante y la artritis reactiva pueden predisponer a las personas a padecer fascitis plantar por inflamación y biomecánica alterada.

Intervenciones

Existen muchos tratamientos conservadores y modalidades caseras para la fascitis plantar.

Las plantillas ortopédicas y las modificaciones del calzado pueden aliviar la presión sobre la fascia plantar, mientras que las férulas nocturnas mantienen el pie en posición dorsiflexionada, manteniendo la fascia plantar estirada y evitando la rigidez matutina.

Fisioterapia y ejercicios puede abordar las causas específicas de la fascitis plantar.

Como parte de un plan de tratamiento, pueden recomendarse modalidades médicas y quirúrgicas como los AINES, las inyecciones de corticosteroides, la terapia con plasma rico en plaquetas (PRP) y la cirugía (en casos graves).

Ultrasonidos terapéuticos utiliza ondas sonoras para aumentar el flujo sanguíneo y favorecer la curación de la fascia plantar. Esta modalidad suele utilizarse en combinación con otros tratamientos, como la fisioterapia, para acelerar la recuperación.

TERAPIA DE ONDAS DE CHOQUE

Un estudio de Morrissey et al (2021) consideró la eficacia de nueve de las intervenciones más populares para la Fascitis Plantar basándose en la Práctica Basada en la Evidencia. El objetivo era proporcionar una guía de Buenas Prácticas para el tratamiento de la Fascitis Plantar. La literatura publicada está dominada por revisiones sistemáticas, guías y meta-análisis que incluyen ensayos de baja calidad con tamaños de muestra pequeños, lo que puede inflar los tamaños de los efectos y conducir a una interpretación incorrecta. Siguiendo un diseño de método mixto que incluye revisión sistemática, entrevistas a expertos y encuesta a pacientes:

  • Hubo una buena concordancia entre los hallazgos de la revisión sistemática y los datos de las entrevistas sobre el vendaje y el estiramiento de la fascia plantar para el dolor a corto plazo.
  • El razonamiento clínico abogaba por combinar estas intervenciones con la educación y el asesoramiento sobre calzado como enfoque básico de autogestión.
  • Hubo un buen acuerdo entre los expertos con los resultados de la revisión sistemática, que recomendaban el tratamiento escalonado con ondas de choque focalizadas para el primer escalón de dolor a corto, medio y largo plazo, y ondas de choque radiales para el primer escalón de dolor a corto y largo plazo.
  • Se observó una buena concordancia con la "atención escalonada" mediante ortesis de pie a medida para el dolor general a corto y medio plazo.

Los autores demostraron que la terapia de ondas de choque obtuvo la mejor evidencia entre las modalidades evaluadas.